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Vivió una historia de terror, ahora sólo busca recuperar a sus hijos.

Por: Pilar Dantés / MegaRedLatina

Tampico, Tamaulipas.- Víctima de ultraje sexual, robo de infante y explotación laboral, una mujer originaria de Tantoyuca denunció ante la Fiscalía General de Justicia a una maestra jubilada y a su familia quienes durante CASI 20 años abusaron de ella, luego de que cuando tenía 11 años de edad, fuera separa de su familia por la mentora, con la promesa de darle casa y educación, pues la entonces menor ni siquiera hablaba bien el español.


La líder del grupo feminista Mujer Manglar, Martha de la Cruz, dio a conocer que la afectada las localizó para solicitar el apoyo pues tras un peregrinar por agencias del ministerio público, desde el 2016, le negaron la justicia bajo el argumento de que no contaba con pruebas para sustentar su dicho.


«En su momento era una niña (11 años), fueron por ella a una comunidad cercana a Tantoyuca, se la trajeron con engaños que le iban a dar trabajo, que le iban a dar estudios cuando en realidad lo que hicieron fue explotarla laboralmente y sexualmente, es un delito que constituye trata de personas y todo lo que se vaya aumentando por los abusos sexuales que ella estuvo viviendo durante casi 20 años con esa familia».


Señala que incluso antes de salir de la comunidad de donde la trajeron a vivir a ciudad Madero, la entonces niña se resistió y pidió que la regresaran a su casa pero en un cambio radical a la amabilidad que había mostrado ante sus padres cuando les solicitó la custodia, la mujer identificada como maestra jubilada, le respondió violenta que ya no la iba a regresar porque le tenía que reembolsar el gasto de haber ido por ella.


La activista declara que en 20 años, «Isabel» nunca fue remunerada por su trabajo.


«Pero esto se agrava cuando ella va creciendo y el esposo de la mujer empieza a abusar de ella sexualmente y posteriormente los hijos, resultado de esto ella tuvo dos hijos, los cuales nacieron vivos pero ella no sabe de su paradero la mujer también los secuestró, ella le dijo que por el dinero que ella le debía, los iba a dejar en otro hogar donde les dieran algo mejor y ella nunca supo ni dónde ni con quien».


Asegura que la primera denuncia se interpuso en el 2016 pero fue ignorada, le dijeron que como no había pruebas eso no podía proceder, por eso al llegar a la Colectiva Mujer Manglar, ellas le han brindado todo el apoyo e incluso la contactaron con un abogado que es el que lleva su caso y le están dando seguimiento para que se le restituyan los derechos que le fueron violentados.


«Nosotras no somos peritos pero todas sabemos que aunque no tengamos una prueba física, también hay psicológicas que se pueden ir adjuntando a los expedientes y con los cuales se puede corroborar que ella no está mintiendo y todas las secuelas físicas y emocionales que pueda presentar», indicó.


Agregó que el abogado se ha entrevistado con ella para reunir los elementos y poder encauzar asertivamente la denuncia «porque no solo es la trata de personas, son los abusos sexuales, privación ilegal de la libertad, abusos fícicos y lo mas grave que es el robo de infantes que ella jamás supo ni sabe a la fecha qué es de ese niño y esa niña que ella dio a luz producto de las violaciones».


Sin embargo, Mujer Manglar reconoce que la víctima lo que más anhela, es saber de sus hijos.


«»Isabel» dice que lo único que quiere saber es dónde están sus hijos, conocerlos, saber que están bien y lo demás se lo deja a la justicia divina pero nosotras hemos insistido en que ella tiene derecho a acceder a la justicia, a la reparación del daño y a que todos sus derechos le sean reconstituidos pues además no podemos llegar a sus hijos sin emprender la acción legal entonces, va de la mano y que ella pueda ver finalmente algo de justicia terrenal más allá de la divina que pudiese existir».


TERROR
Martha de la Cruz describe el hecho como «una historia de terror, muchas de nosotras las escuchábamos y decíamos no es posible que a estas alturas sigan sucediendo estas cosas pero lo que más nos despertó la alerta es que es una «tradición» en la zona sur que se vaya a estas comunidades y se traiga mujeres porque es una mano de obra barata».
Indicó que abusan de la ignorancia de estas personas, de su inocencia, de que ellas creen que realmente se las van a traer para darles mejor vida pero lo que realmente buscan es explotarlas, no respetarles ningún derecho laboral, por lo que resulta inimaginable e indignante el número de casos como este que pudieran existir en la zona, el estado e incluso en todo el país.


REVICTIMIZADA
Y eso es terrible continuó explicando, porque esa mujer ha sido revictimizada un montón de veces pero por tres principales razones:


Primero su condición de mujer, la condición de género, sabemos que las denuncias de mujeres siempre son minimizadas y siempre se culpa primero a la mujer.

Segundo por su condición de pobreza y no simplemente de la económica que generalmente se concibe, sino de la pobreza estructural, «porque el estado se ha encargado de que estas comunidades se mantengan pobres, que no tengan acceso ni a los servicios básicos como luz, agua, servicios de salud, ya no hablemos de educación que es precisamente lo que las hace salir de esas comunidades buscando una mejor vida».


Tercero, por su condición de indígena, «ella no aprendió a hablar español como lo había prometido esta mujer sino que cuando ella ya estaba más grande y pudo escapar, fue que empezó a aprender hablar español».


ATENCIÓN
Expuso que las fiscalías están obligadas a atender cualquier denuncia: «las personas que reciben las denuncias no son jueces, ellos están obligados a recibir la denuncia y a pasarlas, si al final un juez determina que no hay un caso, será un juez quien lo determine, no esa persona que está ahí para brindar la atención de primer contacto».


Finalmente indicó que «Isabel» identifica plenamente a los responsables de los delitos en su agravio, da nombres completos, direcciones, que la persona señalada como responsable es una maestra ya jubilada y toda su familia, lo cual está debidamente asentado en la carpeta de investigación para darle seguimiento.