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¿Por qué es tan frecuente la fiebre alta en niños?

En algunos niños se presenta con decaimiento. En otros, su manifestación los vuelve hiperactivos y verborrágicos. Lo cierto es que no hay niño que le escape a la fiebre.

Definida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como el aumento de la temperatura corporal por encima de los 37 grados -aunque algunos especialistas denominan febrícula a la hipertermia entre los 37 y los 38 grados y consideran fiebre por encima de esa marca-, es una de las preocupaciones más temidas por las madres y los padres de niños pequeños.

Técnicamente, según la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) y el consenso de los especialistas, hoy se sabe que “la fiebre por sí misma no es peligrosa”, sino que “forma parte del sistema de defensas haciendo frente a las infecciones”. De todas maneras, cuando este síntoma se presenta, se abre un gran signo de interrogación en los adultos responsables de ese menor: “¿Qué tendrá?”, “¿llamo al pediatra?”, “¿le doy un antitérmico o lo baño y espero?”. Esos son solo los primeros interrogantes, porque, indefectiblemente, una de las mayores dudas es cuándo consultar con el especialista. Aquí tres claves:

¿Qué no se debe hacer cuando un chico tiene fiebre?

“Lo importante es averiguar por qué apareció la fiebre y qué la está provocando, antes que bajar la fiebre a toda costa”, comenzaron a explicar desde la SAP en su página web. Al tiempo que recomendaron “consultar al pediatra lo antes posible, sobre todo cuanto más pequeño sea el niño o si no se lo ve bien. No hay que limitarse a bajar la fiebre pretendiendo ganarle al termómetro”.

Es por eso que enumeraron tres conductas que usualmente llevan a cabo los padres y deberían evitarse:

1- No administrar medicamentos antifebriles rutinariamente con el único objetivo de bajar la temperatura, sobre todo si el niño se encuentra bien, no está molesto ni fastidioso, ya que pueden tener efectos adversos.

2- Los baños fríos o progresivamente fríos no sirven para bajar la fiebre y causan un efecto contrario al que buscamos: generan incomodidad.

3- No alternar o combinar medicamentos diferentes sin consultar con el pediatra: esta conducta puede ser peligrosa porque se podrían potenciar los efectos tóxicos de los mismos.

Una reciente publicación de la Revista de Pediatría, que lleva la firma, entre otros, de la infectóloga Ángela Gentile, aseguró que “la fiebre es uno de los motivos de consulta más comunes en la práctica pediátrica y se estima que el 20-40% de los niños consultan por un cuadro febril”.

“A pesar de la relevancia y lo frecuente de este signo, todavía existen controversias en el manejo de la misma -coinciden los especialistas-. La decisión de tratar farmacológicamente la fiebre o no, continúa siendo un tema controversial ya que ha surgido evidencia sobre los beneficios en los mecanismos inmunológicos de defensa del huésped frente a una infección”.

Cuándo consultar al médico
En este punto, desde la SAP destacaron que es elemental conocer cuáles pueden ser las causas de la fiebre. “Un virus es la causa más común, y se cura habitualmente en pocos días por acción de las propias defensas del chico -aseguraron-. También puede ser generada por una enfermedad moderada o grave, como por ejemplo: otitis, infección urinaria, neumonía, meningitis, entre otros”.

Este tipo de enfermedades a veces se presentan inicialmente sólo con fiebre, por lo que la consulta al pediatra es muy importante para poder diagnosticarla rápidamente y tratarla con las medidas adecuadas. ¿Cuándo consultar con urgencia? Según los especialistas:

  • Si el niño tiene menos de dos meses de vida.
  • Si llora en forma inconsolable.
  • Si el chico está muy dormido y/o cuesta despertarlo.
  • Si nota que el niño tiene dificultad para respirar y se encuentra agitado.
  • Si parece muy enfermo y no se lo ve bien.
  • Si tiene alguna enfermedad de base que disminuye sus defensas.
  • Si el chico tiene manchas o puntos rojos en la piel que no desaparecen al hacer presión sobre ellos.

Cómo tratar la fiebre

Lo primero que se debe hacer en estos casos es “confortar al niño, ponerle ropa cómoda, paños tibios en la frente, mimarlo para que se encuentre contenido, confiado y seguro, hasta que la consulta con su médico oriente los pasos a seguir”, aconsejan desde la SAP.

En tanto, la Clínica Mayo advirtió que “los niños con fiebres relativamente alta pueden no parecer o actuar particularmente enfermos”. Y tras aclarar que “el tratamiento depende del grado de malestar del niño”, aconsejaron que “si el menor se siente incómodo o inquieto, existen algunas estrategias de atención domiciliaria que pueden ayudar”. Y enumeraron:

– Recordar al niño que beba líquidos, u ofrecerle si es muy pequeño

– Vestirlo con ropa liviana

– Usar una manta liviana si siente frío, hasta que pasen los escalofríos

– No dar aspirina a los niños o adolescentes

– No dar a un bebé ningún tipo de analgésico hasta que se lo haya hablado con un médico y lo hayan revisado

– En bebés de seis meses o más está indicado el paracetamol o ibuprofeno, siempre bajo la indicación del médico y teniendo en cuenta leer cuidadosamente el prospecto para que la dosificación sea la adecuada.